sábado, 12 de junio de 2010

A manera de Introducción (de explicación y disculpa)

Es difícil para mí expresar la variedad de sentimientos encontrados, durante la realización de este trabajo.
Cuando pienso en  el maravilloso material -fotográfico, documental, periodístico- que incluye: cartas, diarios, álbumes fotográficos, apuntes, cintas de programas radiofónicos... entre otras cosas, que he revisado para la elaboración de este documento, inmediatamente me asalta la idea de no ser merecedora de tenerlo entre mis manos y mucho menos de escribir sobre Miguel Aguayo. ¿Por qué?, porque sé que hay quienes lo podrían hacer y lo han hecho muchísimo mejor que yo, y que Miguel así lo merece. Como es el caso del libro de Margarita Hanhausen, Patricia Pérez Walters y Leonor Morales: "La pintura y la palabra: dos artistas jesuitas mexicanos: Gonzalo Carrasco, 1859-1936, Miguel Aguayo, 1934- ", publicado por la Universidad Iberoamericana en 2005, que es el primero sobre su persona y su obra.
De hecho no pretendo realizar ningún análisis de su obra plástica o de su trabajo literario -¡ni lo mande Dios!-, ya que de ninguna manera estoy calificada para hacerlo. Un estudio de este tipo sigue aún en espera de realizarse.
De ahí la explicación que me siento obligada a ofrecer...
Mi principal propósito, fue recopilar y digitalizar la información oportuna de su archivo personal en un solo documento, en donde también se puediera consultar un Catálogo -lo más completo posible- de sus cuadros, esculturas, libros, y composiciones musicales, ya que no hay que olvidar, que se trata de un artista polifacético y prolífico.
Por otro lado -y lo considero la parte medular- presentar el lado humano del artista, como: jesuita, amigo y profesor, desde mi perspectiva como ex-alumna suya.

En el año de 1982, tuve la oportunidad de ser alumna de Miguel Aguayo en la Universidad Iberoamericana de Cerro de las Torres ("los gallineros"). En ese momento Miguel tenía la edad que yo tengo ahora.
Me convertí en una ferviente admiradora de su trabajo artístico (especialmente de sus libros). Y como tal, investigué todo lo que pude acerca de él, de su persona, su vida, sus gustos, y su obra.  Había leído, re-leído y comprado todos sus libros disponibles; visitaba una pequeña librería, en pleno centro de la ciudad de México en donde vendían los libros de Editorial Jus (la que edita sus libros).
Formé un pequeño archivo en donde guardaba fotos, las que yo misma tomé en los cursos, o de las revistas de la universidad. Conseguí las copias de la "Enciclopedia Mexicana", donde aparece una breve biografía y su trayectoria (hasta ese momento) como pintor y escritor mexicano.
A partir de 1983, comencé a tratar de descifrar por mi cuenta, que era lo que como artista quería expresar. En clase nos mencionó que un escritor y un artista, en general, tienen “algo” que decirnos; una especie de tema o mensaje que se repite en su obra, de diferentes formas.
Pienso que después de leer y re-leer tantas veces sus libros, como lo hice en ese tiempo, hubiera sido muy sencillo acercarme a Miguel para preguntarle directamente algunas dudas y conocer sus opiniones o intercambiar ideas.
Sin embargo, -por mi carácter reservado de aquella época- se me hacía muy difícil. Debo decir que en ese momento veía, con bastante envidia por mi parte, como mis compañeros y compañeras de clase  platicaban con él, con toda tranquilidad. Siempre había alguien a su lado y era muy solicitado por sus alumnos; para mí la personalidad del artista resultaba muy deslumbrante y ese sentimiento no me permitía acercarme por lo menos no para lo que yo quería saber o decirle; el profesor y el sacerdote, eran otra cosa ¡muy diferente!...de hecho nunca desaprovechaba la oportunidad de saludarlo, o  darle toda cantidad de objetos que a esa edad (18 años) se me ocurrieron, como: muñequitos, tarjetas, dulces, toda serie de chácharas inservibles. 
De manera que tuve la idea de escribirle todo aquello que yo pensaba acerca de sus libros y sus cuadros, las relaciones que había encontrado entre sus personajes, entre los temas de sus libros y su pintura..., lo que su obra artística había significado para mí en cuanto a crecimiento personal y espiritual. Así como algunas de las preguntas que tenía acerca del significado de algunos poemas y cuadros.
Le pedí que lo leyera -sin decirle de qué se trataba- y que luego me diera su opinión.


Su influencia sobre mí fue más allá que simplemente la del gusto  e interés por el arte…
La experiencia de Dios que se descubre en su obra me cautivó. Así que tuve la necesidad de conocer sobre la espiritualidad ignaciana, en parte para entender la perspectiva desde donde Miguel veía la vida y realizaba su obra artística, pero sobre todo para integrarla a la mía propia.
Curiosamente nunca fue Miguel quien me guió en los “Ejercicios Espirituales”, por ejemplo. El no estaba dentro del Programa "formal" de Pastoral Universitaria, guiando retiros o grupos de vida cristiana. Y lo menciono, porque siempre he tenido la convicción de que el trabajo pastoral del padre Aguayo - importantísimo-, ha sido de "uno a uno" en sus alumnos, dejando en ellos una huella imborrable.
Toda su influencia espiritual ha sido fuerza, sostén y consuelo a través de mi vida, y a mi vez he querido transmitirla a mi hija y en la medida de lo posible a mis alumnos universitarios.
He trabajado en la Universidad Iberoamericana como maestra, por más de 20 años y en el terreno magisterial, Miguel es una inspiración constante en mi trabajo. Como él, siempre he participado en el programa de Formación Integral.
La convicción de "formar personas", no solo el aspecto académico de los cursos, ha sido para mí uno de sus legados. El interés personal que siempre manifiesta por cada uno de sus alumnos, su disposición a escucharlos lo ha hecho un profesor muy querido en la Ibero.








viernes, 11 de junio de 2010

¿Quién es Miguel Aguayo?





Padre Miguel Aguayo S.J.
Jesuita, pintor, escritor, maestro...El "único mazatleco nacido en la Cd. de México" -como el mismo se presenta-Definitivamente un artista y “un hombre de Dios”. Un muy querido maestro de la Universidad Iberoamericana, en la ciudad de México. Su influencia sobre muchas generaciones de jóvenes ha ido más allá del arte…La profunda espiritualidad que reflejan sus libros y poemas, los temas de sus cuentos y el manejo que de ellos hace, denotan a una persona con un gran conocimiento y entendimiento del alma y  la naturaleza humanas,  del comportamiento del hombre. Como sacerdote, capaz de entender y perdonar sin escandalizarse.
Recordar mi primer encuentro con Miguel Aguayo, me lleva a mis años de estudiante universitaria.
En aquella época –a principios de los ochentas- los jesuitas asignados a la Ibero parecían no querer darse a notar entre los estudiantes. Sin embargo, Miguel actuaba cabalmente en su doble vertiente como profesor y sacerdote.
“Sé de qué manera los muchachos –chicos y chicas- se ponen en tus manos enteramente, cuando así lo deciden una vez que te conocen y confían en ti” me escribió muchos años después al compartir conmigo algunas de las cartas, recados y textos que guardaba de sus alumnos.
“Sé también del peligro de la ambigüedad de sentimientos que los jóvenes pueden experimentar en algunas situaciones, y de lo importante que es ese momento para que de él aflore el adulto que llegará a ser”.
En mi caso personal como alumna, el terreno que Miguel encontró al principio de su curso, fue bastante árido…
Era mi quinto semestre de la licenciatura en Nutrición y Alimentos.
Desde que comencé a cursar las materias del Área de Reflexión Universitaria, quise inscribirme en una: “El teatro como participación viva”; era mi gran ilusión.
Sin embargo, por alguna extraña y ahora sé afortunada razón, nunca en varios semestres lo logré y no me quedó más remedio que apuntarme en una clase de literatura: “Narrativa Latinoamericana Contemporánea”, con un profesor del que nadie me supo dar referencias (ya que siempre nos asesorábamos entre los mismos compañeros), un tal Miguel Aguayo…
Casi recién llegado de Europa y reinstalado en la Ibero, donde ejercía como profesor en varios departamentos -y desde hacía ya mucho tiempo- era entonces un hombre de unos cuarenta y pocos años, delgado, con un timbre de voz fuerte e inconfundible.
En aquella época según recuerdo, fumaba mucho en clase, siempre con una boquilla negra que tenía un anillo dorado y que me llamaba mucho la atención. Siempre salía a relucir junto con una cigarrera negra de piel.
El primer día de clase, hizo una curiosa presentación de sí mismo: “Soy el único mazatleco nacido en el Distrito Federal”, mencionó entre otras cosas.
Nos dijo que era escritor, qué libro llevaríamos como guía en el curso, y casi como haciendo en broma referencia a mi caso: “Sé que la mayoría no está aquí por horario, o por que no pudo tomar otra materia”.
Y para finalizar: “… como a mi me chocaba que me dieran clase el primer día, nos vemos el próximo jueves”.

¿Escritor?, eso fue lo único que sí me llamó la atención.

La apatía y frustración iniciales con las que asistía, se fueron transformando poco a poco en interés y gusto. El tiempo prácticamente “volaba” y no recuerdo algún otro curso en donde me sintiera verdaderamente enojada porque llegara el final de la clase.
La primera hora se iba tan rápido que invariablemente volteaba a ver el reloj como a las cinco y veinte y me sentía molesta porque ya quedaba muy poco. En una ocasión Miguel se dió cuenta de mi mohín de disgusto cuando veía la hora y me dijo: “¡Ya, ya vamos a terminar!”.
¡Si hubiera él sabido que era justamente lo que yo no quería que sucediera!
Su curso era muy bueno y ¡tan bien manejado!, que aunque no tenía que ver con nada que fuera mi carrera, terminé aprendiendo del tema e interesándome en él. Se podían tomar unos apuntes buenísimos. Realmente Miguel fue el mejor profesor que tuve en toda la licenciatura.
Me asombra como a años de distancia sigo recordando claramente fragmentos de sus clases: así fueron pasando ante mi los escritores románticos, los realistas, el “realismo mágico” de Rulfo, los costumbristas…

Durante su clase Miguel transporta a otro mundo, es de los profesores que captura por la vehemencia con la que se expresa. Ya sea sentado sobre el escritorio o caminando de un lado a otro del salón y mirando hacia el horizonte, habla del romanticismo, del Amor, de la Belleza… “como poseído”, como alguna vez casi le recrimina uno de sus alumnos.
 
Mi joven imaginación de diecinueve años, se preguntaba cómo sería la vida de aquel intenso y emotivo profesor: “Vivo muy cerca, aquí atrás”, nos informó, para explicar la puntualidad con la que llegaba a sus clases. Probablemente en “La Campestre”, pensaba yo. ¿Sólo?...
No mencionaba familia, nada más una señora de servicio que atendía todo lo referente a los quehaceres domésticos.
Para ese entonces, ya nos había hablado sobre su actividad como escritor y pintor.
Y efectivamente, la impresión que daba era la de ser  un artista: una persona rodeada por un halo glamoroso e interesante, con un mundo interior muy suyo e inalcanzable. Parecía que siempre estaba pensando en “algo” o que siempre “algo” le daba vueltas en la cabeza. Sin embargo, observándolo más de cerca se notaba que miraba cuidadosamente a su alrededor y no dejaba de sorprenderse aún de los detalles más pequeños.
Inteligente, carismático y encantador, con ese encanto que fluye de una persona que lleva los sentimientos y el corazón a flor de piel...





jueves, 10 de junio de 2010

Pinceladas Biográficas.


De una distinguida familia mazatleca -el menor de cinco hijos- nace en el Distrito Federal un 6 de Abril .
"Era técnicamente imposible que naciera" -dice Miguel-. " Mi familia -de entonces cuatro hijos- ya estaba prácticamente completa”. Sin embargo, su madre descubre que está embarazada, con un alto riesgo y decide sin más, hacer todo lo posible para que se logre su embarazo.
Al ver tal decisión, su padre decide enviarla a la Ciudad de México para que fuera atendida lo mejor posible, según los avances de la época. Era el año de 1934…
Su madre, una maravillosa mujer -sensible, piadosa, culta y educada-, fue desde mi punto de vista una pieza clave en el desarrollo de sus vocaciones, tanto la religiosa como la artística. Siempre preocupada por los menos afortunados, parte de su tiempo lo dedicaba al trabajo comunitario, por lo que era conocida y querida en su ciudad.
Los López Urbina, eran una familia de artistas. Su tío-abuelo fue el gran poeta y escritor Luis G. Urbina.  Una de sus tías, pianista consumada, era especialista en interpretar a Chopin. Muchas noches, de pequeño, Miguel se dormía escuchándola.
Vivía rodeado de un ambiente  de arte, libros y cultura. Inclusive comenzó a aprender alemán, con una vecina amiga de su mamá.
La casa familiar se encontraba muy cerca de la playa, en Mazatlán; muchas tardes el pequeño Miguel acudía a observar el atardecer y la puesta de sol. Disfrutaba tanto del espectáculo, que en varias ocasiones olvidó donde había dejado los zapatos y regresaba a casa sin ellos. Su mamá no lo castigaba, siempre y cuando le describiera cómo había sido "ese" atardecer, ya que ninguno era igual a otro...
A edad temprana quedó huérfano de padre, al fallecer en un accidente automovilístico. Su hermano Benjamín tomó las riendas del negocio familiar y quedó a cargo de la familia, convirtiéndose en una figura paterna para Miguel.
Su familia se preocupó porque su educación académica fuera muy buena. Siempre en escuelas prestigiosas, como la Universidad Militar Latinoamericana. Muchas de las experiencias vividas en esta etapa, le dejaron una profunda huella, que posteriormente inspiraría fragmentos de algunos de sus libros.
En  la época de la adolescencia asistía a clases de pintura, durante los veranos. El pintor y escultor comenzó a revelarse desde entonces...
Terminada la educación media superior, decide estudiar medicina, para lo cual se traslada a la ciudad de Guadalajara. Su interés era convertirse en cirujano plástico.
El futuro del joven Miguel -talentoso, alegre, carismático, con una bella novia- parecía decidido y muy semejante al de otros jóvenes de su edad.
Sin embargo, ya para terminar sus estudios de medicina, conoce "por casualidad", a un sacerdote jesuita de quien se hace amigo y por quién tiene la oportunidad de asomarse a la vida religiosa de la Compañía de Jesús.
Me sorprenden y emocionan los caminos del Señor; como silenciosamente va preparando desde la niñez las vivencias que transforman el espíritu y que ayudan a que uno sea lo que tiene que ser. Como se cambia un estilo de vida cómodo, y un camino "casi hecho", para ganar un "hombre de Dios".
No me imagino que tan fácil o tan difícil puede ser tomar la decisión de dejarlo todo, para seguir al Señor; nunca se lo he preguntado a Miguel. Pero en su caso, presiento que fue algo natural, "el siguiente paso".
Sus amigos de aquel tiempo, no pensaban que iba a durar en el Seminario. De hecho, como despedida, le organizaron una animada fiesta en la playa: -"va a regresar"-, creían algunos.
Pero no fue así...
Los años de formación fueron intensos, algunas veces difíciles, pero como se puede entrever en sus libros, de un gran crecimiento espiritual y una gran vida interior. Creo que lo más complicado fue el seguir desarrollando al artista en el Seminario. Era muy poco el tiempo que le quedaba para escribir. Tenía que aprovecharlo al máximo. Como alguna vez me comentó, jamás ha sentido como otros artistas, la "angustia" del lienzo o el papel en blanco. En su "pantalla mental" siempre imaginaba las escenas de sus libros, como si grabara una película: los diálogos, el escenario, los personajes y llegaba a plasmarlas al papel. Así también visualizaba sus cuadros: las formas, los colores; era ya un proyecto terminado cuando llegaba al lienzo a pintar.
Desafortunadamente, fueron pocos los maestros que lo alentaron en su desarrollo artístico.


















 

miércoles, 9 de junio de 2010

A way of giving thanks

En la Revísta de la Compañía de Jesús  www.companymagazine.org/v133/roses.html (creada:5/23/96 y actualizada 6/22/96), José Francisco Navarro SJ, miembro de la provincia jesuita del Perú, le hizo una entrevista a Miguel Aguayo titulada: "Giving Roses". En ella, llama la atención la percepción que tiene del trabajo que realiza como jesuita, artista y maestro. "El trabajo de regalar rosas me tocó a mí.", haciendo referencia a un proverbio árabe: "pan para el cuerpo, y una rosa para el espíritu".

¿Sabes tú qué es la rosa, qué es el aire
en el arpa esmeralda de los fresnos?
¿Y qué sabes del mar; qué de lo eterno
en su rítmico son; qué es el anhelo
y qué la trabazón de las angustias,
del llanto, de la muerte, del ensueño?
Miguel Aguayo

"Usted tiene la reputación de ser un maestro querido y respetado por sus alumnos. ¿Qué significa para usted enseñar?"  Le preguntó en esa ocasión el padre José Francisco Navarro SJ.
"Como jesuita el poder mostrar a otros un cierto camino, una cierta manera de vivir la vida, de ver el mundo. Ya que la persona que sabe algo, debe y tiene que mostrar a otros cómo hacerlo. De lo contrario, acaba  siendo egoísta, es como tirar por la ventana todo la experiencia que has vivido. Ser profesor me da la maravillosa oportunidad de realizar el trabajo más bello del mundo: cultivar un intelecto."

En la antigua Ibero de Cerro de las Torres, en el tiempo de los llamados “gallineros”, según la época del año o hacía mucho frío o mucho calor en los salones de clase.  En primavera, con el calor, a Miguel le gustaba dar clase en los jardines de la Ibero. Era común verlo con sus alumnos alrededor de él sentados en un círculo sobre el pasto.
Siempre rodeado de jóvenes, tanto chicos como chicas. Elegía lugares de la Universidad en donde fuera fácil ubicarlo. Se le podía encontrar afuera de la cafetería y ahora en el campus de Santa Fé, es muy común encontrarlo en un lugar que él mismo bautizó como: “los cuatro vientos”, un sitio en donde puede ser localizado visualmente con facilidad, desde varios puntos de la Universidad.

Miguel proyecta inconscientemente a sus alumnos el mensaje: “Aquí estoy para tí, si es que quieres acercarte”, creo que es por eso que los atrae como la miel a las abejas.
Siempre decía que el curso era solo un “pretexto” para conocernos, para poder aportar su "granito de arena" en la formación de los jóvenes que llegaban a cada clase. "Hay líneas que tienen que cruzarse", me dijo refiriéndose al por qué el azar le asignaba determinados alumnos.
-“Uno aprende de aquel a quien quiere”- es tal vez una de las frases que más me impresionaron y que jamás olvidaré, y que yo misma trato de aplicar en mi trabajo como maestra.
¡Y que forma de entrar en el corazón de sus alumnos! tiene el don de “tocar y acariciar” el alma, de orientarla hacia Dios, ese tan suyo, tan personal por el que tiene un amor que contagia. “-Quiero que cada vez que consagro, El se quede conmigo, porque le guste el alma que encuentra-”
Expresar mis recuerdos y lo que he conocido de Miguel a través de muchos años, es una forma de agradecerle su gran generosidad por compartir sus experiencias, su arte, por esas “rosas”...

Al paso de los años, descubrí con gran gusto, que hemos sido muchos desde hace mucho tiempo, los alumnos que hemos recibido su influencia, con la misma gran intensidad.
Cuando Miguel fue tan generoso de compartir conmigo algunos de sus recuerdos, puso en mis manos cartas, recados (de los que se dan como agradecimiento a los profesores muy queridos, cuando finaliza el semestre) que realmente me dejaron muy sorprendida...
Podía reconocerme en los sentimientos de otros alumnos suyos; ¡esos recados y cartas podrían incluso, haber sido escritos por mí!
No puedo dejar de reproducir algunos de ellos, guardando -por supuesto- discreción en cuanto a la identidad de las personas que los escribieron, respetando el contenido emocional que tienen. No es necesario comentarlos, hablan por sí mismos...







martes, 8 de junio de 2010

"Trigo Verde"... el libro.

Un excelente artículo que publicaba el INBA (creo) de una serie que se llamó “Un escritor se confiesa”, en donde él fue uno de los escritores que en aquel tiempo se presentaron en Bellas Artes para hacer una semblanza de su obra y hablar de su vida.

Ese artículo fue muy orientador para mi, porque empecé a encontrar muchas similitudes entre aspectos biográficos de su vida, con pasajes de su novela “Trigo Verde”, sobre todo, y con algunos personajes de sus cuentos.
En algún lugar leí que su obra tenía mucho de “confesional”, entonces era cuestión de de “leer entre líneas” para poder separar a los personajes de la persona y tener más datos sobre su vida.
A partir de 1983, cuando ya no era posible tomar otro curso con él, comencé a “investigar” por mi cuenta que era lo que él como artista quería expresar. En clase nos había dicho que un escritor y un artista, en general, tiene “algo” que decirnos, una especie de tema o mensaje que se repite en su obra de diferentes formas.

http://www.ict.edu.mx/trigo_verde.pdf











lunes, 7 de junio de 2010

Los lugares de "Trigo Verde"

En dos ocasiones tuve la oportunidad de visitar la tristemente célebre localidad de "Puente Grande" en Jalisco. Y digo "tristemente célebre", porque hoy en día más bien se le conoce por el Penal de Alta Seguridad que se encuentra ubicado ahí.
Sin embargo durante los años sesentas, se encontraba también un importante Centro de Formación de Jesuitas (un noviciado) que actualmente, es una Casa de Ejercicios Espirituales.

Fue en este lugar, donde Miguel Aguayo se formó como jesuita durante el noviciado y en donde escribió su novela, con algunas pinceladas autobiográficas, "Trigo Verde".
En mi búsqueda personal de “lo jesuita”, para entender mejor a Miguel y su obra, acudí aquí a dos retiros.
En ambas ocasiones, me tomé el tiempo para identificar y fotografiar los lugares que se mencionan en el libro.
Como siempre pasa, cuando primero lees un libro y luego ves la película – por ejemplo-,  la realidad es diferente a lo que tu mente había creado, pero de todas formas fue sumamente emocionante identificar y recorrer los lugares de los cuales se habla en el libro: aquellos largos pasillos en donde caminaban en cuaternas dos de frente y dos caminando hacia atrás, esas largas escaleras que debían barrerse de abajo hacia arriba, las camarillas, el refectorio, la capilla, en fin…

Claro está que cuando regresé le mostré esas fotografías a Miguel, quien las veía con gusto, ¿con cierta nostalgia?, no se identificar realmente cual era el sentimiento.
Como él mismo ha dicho, desde el noviciado le resultó todo un reto, integrar su vocación religiosa con la artística. En el silencio del mismo aprendió a "lidiar" con su temperamento artístico y a transformar sentimientos como, ira, tristeza y soledad en poemas o pinturas. También recuerda la presión que ejercieron sobre él algunos superiores, que no fueron muy pacientes durante su proceso personal de integrar ambas vocaciones. Pero sin esa presión él piensa que su trabajo hubiera sido de menor calidad, ya que aprendió a aprovechar el poco tiempo del que disponía para pintar o escribir, siendo muy crítico con él mismo y aprendiendo a seleccionar los colores y las palabras adecuadas, distinguiendo entre "lo bueno" y "lo mejor". Por ello, como el mismo Miguel lo menciona, fueron algunas de esta personas las que lo incentivaron a desahogarse artística y poéticamente y a quienes les debe muy buenos poemas...














 .

domingo, 6 de junio de 2010

"Trigo Verde"... para mí.

Una vez en clase, alguien le preguntó a Miguel sobre los títulos de los libros que había escrito. Me acuerdo que apunté rápidamente algunos de los que mencionó: “Trigo Verde”, “Juego de espejos”, “La Soledad luminosa”, “Cantares de Sed”… y saliendo del salón corrí inmediatamente a la biblioteca a buscarlos.
Sólo encontré los tres primeros y con muchísimo interés y emoción comencé a leer “Trigo Verde”.

"Trigo Verde” fue toda una revelación para mi.
El tema, la forma en que está escrito, me dejaron una profunda huella,seguramente por la edad que tenía entonces y mi búsqueda personal en aquel justo momento.
“Trigo Verde” fue como asistir a una cita pactada desde siempre, donde Dios me había estado esperando pacientemente, para hablarme a través de aquellas páginas y recordarme Su presencia e importancia en mi vida.
Fernando Ariño el personaje central, es un joven estupendo, con vida propia, tanto así que parece salir de entre los capítulos del libro.

Es tan real, pensaba yo, que tenía que haber sido parte de la historia del propio Miguel. Nadie puede transmitir la experiencia de una vida interior y espiritualidad de tal magnitud “de oídas” o por lo que le contaron. Pero… ¿qué relación había entre mi sofisticado profesor -artista, escritor, recién llegado de vivir una temporada en la romántica Venecia, y en tratos para editar su siguiente libro- con aquel joven que dejó la posibilidad de una vida “cómoda”, “exitosa” y tradicional para convertirse en un hombre de Dios?
Probablemente, pensaba yo, había estado en el seminario algún tiempo y no llegó a ordenarse ó después de ordenado se salió. No sería el primer ni único caso que yo conociera. ¿Quién sabe?...
De todas formas era una lástima. Su experiencia de Dios era muy inspiradora y había causado una profunda impresión en mí.
Con todas estas emociones a cuestas y con un nudo en el estómago, decidí  abordarlo para que me dedicara su libro.
Era día de mi cumpleaños y era muy significativo para mí  acercarme para decirle lo mucho que me había impresionado “Trigo Verde”, cómo me reencontré con Dios a través de su lectura, lo mucho que me gustaba su clase, cómo había capturado mi atención y muchísimas cosas más.
“¿Cómo te llamas?” Me preguntó. Y acto seguido me escribió una bella dedicatoria.
Era tanta mi emoción, que de todo lo que quería decirle solo pude balbucear que su libro me había gustado mucho y preguntarle si alguna vez estuvo en el Seminario.

“¡Niña, yo soy jesuita!” me contestó.

Vaya, ¡qué sorpresa!
¿Un jesuita disfrazado de artista? Ó como le escribió uno de sus alumnos una vez: “Miguel Aguayo, el poeta disfrazado de jesuita”…

Definitivamente una extraña, pero afortunada combinación.

sábado, 5 de junio de 2010

"Metáforas"


Para mediados del semestre Miguel, su curso y sus libros se habían convertido en un referente de arte y espiritualidad muy importantes para mí. Después de leer con mucho interés tres de sus libros, había descubierto a un maravilloso escritor. Por lo general cuando leo un libro que me gusta, quiero conocer al autor, su trayectoria, cómo es, investigo en enciclopedias, periódicos y artículos todo lo que se ha escrito sobre él (en aquel entonces no contábamos con el fabuloso recurso del internet). En este caso, toda la información era de primera mano, porque simple y sencillamente era mi profesor y tomaba clase con él. Para mí eso fue ¡sensacional!..
Hasta ese momento, no había tenido oportunidad de conocer su faceta como pintor. Sin embargo, ese año de 1982 presentó una magnífica exposición de pintura en el vestíbulo de  la biblioteca de la UIA: “Metáforas”… se llamaba.
Estuvo un mes expuesta y durante ese tiempo, aproveché cuanta oportunidad tuve de visitarla. Siempre que iba a la biblioteca (y aunque no tuviera que ir), ya que llamaba poderosamente mi atención, por el colorido de los cuadros, lo brillante de las pinturas, los nombres (que hacían referencia a cuentos, o personajes que yo había encontrado en sus libros) y porque finalmente transmitía una gran fuerza y energía en la mezcla de texturas y colores.
En clase nos describió y explicó algunas de los cuadros, cómo estaban relacionados con su obra literaria y algunas anécdotas.
Asistí a la inauguración...
Miguel llevaba un traje azul y un gazné, que le daban la apariencia “del artista”, o como de “pintor francés” -me imaginaba yo-.
Asistieron algunos de sus familiares, que estuvieron siempre muy junto de él y venían desde Mazatlán.

Todos o la gran mayoría de los cuadros se vendieron. Muchos excelentes que me gustaron ampliamente y quedaron grabados en mi memoria como:
“Colombina Botero”
“Cuando digo “Venecia” (muchos, muchos años después, Miguel me platicó que había pintado ese cuadro mientras escuchaba una canción, que a mi personalmente me encanta: “Anónimo Veneciano”)

-“No tía Clara, nadie está solo, nadie”-, que representaba a un joven que me parecía se asomaba a una ventana; aunque tiempo después otro jesuita, compañero de Miguel y que vivía en la misma casa, me explicó que se encontraba viendo la televisión, lo cual explicaba la enorme brillantez que presentaba el rostro del joven en comparación con la penumbra de la habitación; igual que cuando uno mira la televisión a oscuras.
Había un cuadro de un rojo muy muy vivo, que se llamaba algo así como “Gimnasio para demonios pequeños” que arrebataba la vista por su colorido.
O los que me recordaban sus cuentos, porque hacían referencia a ellos, como aquel que plasmaba a “Puerto Viejo…”

viernes, 4 de junio de 2010

El "Cristo de Fuego"...

Ese Cristo de Aguayo, fuerte, varonil, glorioso, poderoso, humilde y compasivo a la vez.
El Cristo de fuego lo pinté en media hora con todo y el tiempo que tardé en acercarme el material. Cuatro pinturas de bicicleta: amarillo (el que había menos) rojo, negro y azul.
Al escribir o pintar la mayor parte del tiempo se va en “pensarlo” como si tuviera una “pantalla mental” en donde viera los colores, las texturas y cuando me gusta, lo grabo y queda. Hago el boceto para esperar el momento propicio de pintarlo.
En el Cristo de Fuego, medité sobre la pasión, todo era en tonos rojos, como la sangre, como en “La Pasión de Cristo” de
La emoción al pintar un cuadro, es como sentir que la adrenalina “baja” por todo tu cuerpo y la vez plasmada en tu cuadro, en tu pintura.
El arte es una bella sustitución del amor”  . Emma Godoy

jueves, 3 de junio de 2010

"Hossana: Misa de juventud"




En una ocasión durante la clase, Miguel nos comentó sobre "Hossana: Misa de Juventud", que había escrito durante los años '70s. Fue una muy breve mención. En aquella época era muy difícil conseguirla -en disco ó cassette-. Así que la información se quedó guardada en mi memoria durante mucho tiempo. Hace algunos años me prestó unas cintas (cassettes) y una de ellas tenía este título. Sin embargo no llegué a escucharla... hasta que la tecnología me llevó a http://www.youtube.com/


Cuando comenzó el video me invadió una gran emoción. Durante los años 70s, cursé la primaria en un colegio de monjas Teresianas; cada semana aproximadamente, teníamos misa y por supuesto cantábamos. Hasta hace muy poco, supe que los cantos eran justamente ¡los de la misa "Hossana"!

- Entrada:  http://www.youtube.com/watch?v=1O4HCNOAy8g
- Señor ten piedad:http://www.youtube.com/watch?v=Oua5vzLGz3I
- Gloria: http://www.youtube.com/watch?v=jVTMbv4ZSgc
- Aleluya: http://www.youtube.com/watch?v=e-N4Kxd_RS0 
- Ofertorio: http://www.youtube.com/watch?v=3ZwfeufsgUc
- Padre Nuestro: http://www.youtube.com/watch?v=YKubIAX4 X0M
- Cordero de Dios:  http://www.youtube.com/watch?v=8hQqcvmY7mg
- Comunión: http://www.youtube.com/watch?v=kb8vfYLnUDc
- Después de la Comunión:  http://www.youtube.com/watch?v=C_f5D2bmuUE
- Oigo tu palabra: http://www.youtube.com/watch?v=qaU0R8HgOAw
- Salida: http://www.youtube.com/watch?v=oui0UfgnNUw

martes, 1 de junio de 2010

Pastoral

Lo que da tristeza de una persona tirada en la calle (alcohólico, o persona en situación de calle)  es que se le olvidó su dignidad humana, lo sobrenatural de su alma, pero no por eso lo vas a patear, sino al contrario, lo ayudas, lo lavas, lo peinas.
- Un destello de por qué compartió conmigo:

“Es muy fácil que lloren contigo, pero es difícil que se alegren contigo”.
De ahí que tuve la inquietud de conocer sobre la espiritualidad ignaciana, en parte para saber y conocer la perspectiva desde donde él veía la vida.

Curiosamente nunca fue Miguel quien me guió en los “Ejercicios Espirituales”, por ejemplo. Eran jesuitas compañeros suyos que vivían en su misma comunidad, entiéndase “casa”. Una casa que se encontraba justamente a espaldas de la Universidad y a la cual Miguel iba y venía caminando, por la cercanía con la Ibero.
Por otra parte, Miguel estaba en aquel tiempo mucho más dedicado a la producción pictórica y no era del grupo de padres que se dedicaban a la Pastoral Universitaria; por lo menos no de forma “administrativa” o guiando los retiros que organizaba la Universidad. Y lo menciono así porque siempre he tenido la convicción de que el trabajo pastoral del padre Aguayo, ha sido importantísimo, por la huella que ha dejado “uno a uno” en la gran mayoría de sus alumnos.
Es una pastoral “suavecita” que se enraiza sin sentirla y que no necesita de “retiros” o “grupos de vida cristiana”. Sin embargo, a mi si se me dio participar en estas actividades, y al conocer los hábitos, la forma de vida de otros jesuitas, podía conocer más y entender más a Miguel y a su obra.
En varias ocasiones estuve en su casa, invitada por algunos de sus compañeros de comunidad. Algunas veces estaba presente y me gustaba ver como interactuaba con su comunidad. En algunas otras ocasiones, la mayor parte de las veces, no estaba él ahí, pero me gustaba ir a esa casa, en donde por ejemplo podía ver cuadros suyos que estaban colgados en la casa.

lunes, 31 de mayo de 2010

"Boquitas Pintadas"

Admiraba la belleza, inclusive la de la mujer, aunque pudiera pensarse que por su condición de sacerdote, pudiera bloquear esa parte. No, no le tenía miedo al tema.
-“Las mujeres francesas son las más bellas”- decía- -“hay mucha diferencia entre las mujeres europeas y las latinas. Las mujeres latinas se ponen la tlapalería encima, las mujeres europeas no, lucen su belleza casi al natural”-
Esa frescura y naturalidad le gustaban a él y lo ví tiempo después en un artículo escrito para “Boquitas pintadas” haciendo alusión a Borges.
Nikky – una chica muy bonita-, llama la atención sus ojos grandes aparentemente oscuros, (estilo y parecida a Audrey Hepburn), los ojos con una mirada profunda (no superficial) y con facciones finas (nariz y boca) cara afilada.
“Un alma asustada” según Miguel.
Hay para quienes un jesuita somos solo de “aquí para acá”-(señalando sólo la cabeza) y para allá (señalando hacia abajo) no hay nada. No se conoce a la persona.
-Hay quienes evitan a las niñas por el peligro de enamorarse; sólo niños. Pero hay que saber manejar esa frontera tan delgada que cruza entre la amistad y el enamoramiento. Yo lo hago siendo yo mismo, sin malicia, natural.
Hay para quienes un jesuita somos solo de “aquí para acá”-(señalando sólo la cabeza) y para allá (señalando hacia abajo) no hay nada. No se conoce a la persona.
-Hay quienes evitan a las niñas por el peligro de enamorarse; sólo niños. Pero hay que saber manejar esa frontera tan delgada que cruza entre la amistad y el enamoramiento. Yo lo hago siendo yo mismo, sin malicia, natural.
En Otoño de 82 finalmente volví a ser su alumna, porque el curso si se abrió, y aunque éramos pocos y el tema aunque era importante e interesante, no era más que un pretexto para poder volver a ser su alumna.
Curiosamente, y sin yo saberlo en ese momento, lo que ahí aprendí se volvió básico en mi vida ya que me he dedicado a la docencia por más de veinte años y a ser conferencista de unos laboratorios farmacéuticos por unos diez años, aproximadamente.
Los apuntes del curso y la teoría del curso, como siempre, maravillosos por lo útiles y prácticos y como dije, un conocimiento que me ha acompañado de por vida.
Llegué a la primera clase con una gran emoción. Me acuerdo que ya estaba Miguel ahí, con su lista. Lo saludé y se acordó que yo ya había sido su alumna el semestre anterior. Le dije que estaba inscrita en el taller –“¿otra vez?”- Y buscó en la lista ¡ah si! Aquí estás y leyó mi nombre. Hoy en día que soy maestra, realmente no se si me gusta o no que repitan curso mis exalumnos, conmigo, no se que pensaría Miguel de volverme a tener en su clase.
Éramos un grupo muy variado, aunque realmente pocos. Había un señor mucho más grande que todos, dos chicos preparatorianos que querían entrar el año siguiente a la UIA.
Éramos como dos o tres alumnos de la universidad y me acuerdo de una chica un poco mayor que yo, que no era de la universidad y de la que realmente no supimos nunca gran cosa, en cuanto a qué se dedicaba, si estudiaba algo en algún lado o no, pero que nos llamó mucho la atención por un detalle: cómo coqueteaba con el profesor…
A todos nos llamaba mucho la atención esto, porque por alguna razón todos sabíamos que Miguel era jesuita, todos, menos ella.
Yo no sabía si me daba risa o coraje, pero la cuestión era que lo acaparaba totalmente antes y después de clase. No permitía que ninguna otra persona platicara o comentara algo con él.
Mis compañeros preparatorianos, especialmente uno de ellos –el más grandecito- estaban muy preocupados.
Una tarde, mientras contemplábamos todo su despliegue de encanto ante Miguel, éste compañero volteó y muy serio me preguntó: -“no sabe ¿verdad?”- Yo solo me encogí de de hombros y le dije: -yo creo que no-.
Seguimos viendo la misma escena y se volvió para preguntarme: -“¿y si le decimos”?- yo solo le contesté: -“pues si quieres, dile”-
Cuando tuvimos ocasión de platicar juntos con Miguel, alguna vez que esta niña llegó tarde y por tanto nos pudimos acercar a él, este muchachito encontró el momento de hacer alguna referencia al sacerdocio de Miguel en el momento que ella llegaba a unirse a nosotros.
Su reacción me sorprendió: -“¡¡¿Eres cura!!?- casi le reclamó. Miguel tranquilamente asintió con la cabeza. Después de esa clase, nunca la volvimos a ver, cosa que, evidentemente, también fue comentada por nosotros.
Muchos años después lo escuché diciendo a unas futuras alumnas que le daba gusto que estuvieran en su curso porque había “calidad visual” y tendría a donde voltear cuando diera su clase.
Sonreía ampliamente al corresponder a las coqueterías de alguna alumna: un guiño, una sonrisa o una “caída de ojos”.
“No hablo con nadie mientras pinto, no me gusta que me vean pintar”.
(Me lo dijo a propósito de Nikky que se sentaba en silencio a verlo pintar. Quedaba cerca de su lugar de trabajo, estudio, agencia… no sé; pero le gustaba pasar a comer galletas mexicanas al departamento de la calle Grenelle).

domingo, 30 de mayo de 2010

En los Medios...

"Para Gente Grande"


Soy un enamorado de la poesía de Alfonsina Storni, porque es muy sensual. Era una persona necesitada de amor, con una vida interior pobre; su experiencia: las mujeres la celaban, los hombres se querían acostar con ella, le escribe al amor, sin embargo le gana la parte sensual. Si hubiera estado equilibrada en los dos aspectos a los mejor no hubiera sido artista… porque el artista está en la búsqueda.

- Remedios Varo vs. Carrington.
Un artista debe ser honesto (ver alguna de sus entrevistas, ahí lo explica muy bien).
- A los grandes hay que conocerlos por sus obras, no por su persona.
A veces lo humano los empequeñece, nos hace ver su dimensión humana. (Paz, Sartre, Cuevas, Picasso).
- El Padre Miguel define a las personas por su alma: “alma asustada”, “alma de niño”. Porque el corazón me lleva


viernes, 28 de mayo de 2010

Memories

"La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda
y cómo la recuerda para contarla..."
Gabriel García Márquez.



En varias ocasiones estuve, junto con algunos compañeros de la universidad en su casa, en aquel entonces la Comunidad Jesuita de Cruz del Sur, en la Campestre Churubusco;  invitados a comer por algunos de sus compañeros jesuitas, profesores y amigos nuestros. A veces Miguel estaba presente y me gustaba observar como convivía en su comunidad. La mayor parte de las ocasiones, no se encontraba, pero me gustaba que podía ver algunos de sus cuadros que estaban colgados por la casa.

En una de esas veces recuerdo la sorpresa que me llevé, cuando me enseñó todo lo que tenía guardado que yo le había dado: tarjetas, muñecos, cartas, dibujos y en especial un retrato de él que yo había dibujado.
-“Para que veas que tengo guardadas todas las cosas que me has dado”-, me dijo.
Me comentó como el trabajo pastoral a la vez que es sumamente gratificante, puede llegar a ser solitario, porque te buscan cuando las personas tienen problemas, tribulaciones, en busca de consejo o consuelo, pero a veces no hay quien te lo de a tí.
“Es muy fácil que lloren contigo, pero es difícil que se alegren contigo”.

Cuando ya nos íbamos de regreso a la Universidad, me dice recordando algo:
-“¡Ah! Espérame tantito”- y fue a la cocina a sacar del refrigerador una bolsa de plástico pequeña, en donde guardaba restos de comida para un perrito, que había "adoptado", que vivía en la Universidad, en una parte solitaria, cercana al río.
Yo ya sabía del gusto de Miguel  por los perros. En clase nos había platicado de su perra: “La Bonita”, de esta raza tan rara que le llaman “xoloescuintle”  que corresponde al perro mexicano que había antes de la llegada de los españoles a nuestro país. Tristemente para Miguel no le permitían tener a “La Bonita”  con él, en la comunidad.
La tenía encargada en la casa de unos amigos.
Esa fue una perrita muy querida para él. De hecho hay en su obra pictórica varios cuadros de ella. –“Una belleza Ponds”- como le decía, porque para mantener su piel suavecita, la encremaba toda con crema “Ponds”, porque no tenía pelo.
-“No soy yo sin perro”- alguna vez me comentó, ya que de niño siempre había tenido uno para él.
“La Bonita” fue muy especial, murió de viejita en 1985, después de doce largos años de vida. Después de ella, nunca hubo otro. Pero su gusto por los perros hacía que “adoptara” algunos amigos a quienes como a este perrito de la universidad, les llevaba comida.
Cuando nos íbamos acercando a la Universidad, el perro corrió a su encuentro al reconocer su voz. Inmediatamente, Miguel abrió la bolsa para que el perro pudiera comer.

Me acuerdo del perro por los ojos grandes y abiertos con los que lo veía. Se me hizo como que le agradecía por la comida.
Pero Miguel me comentó: -“Mira, parece que me dice: se te olvidó la salsa”- y se rió.


























La navidad del año en que conocí al Padre Miguel, organizamos un intercambio de regalos entre el grupo de mis mejores amigas. Éramos ocho en total: Gaby, Luz Ma., Karin, Seny, Tere E, Tere F, Renata y yo.
Queríamos que tuviera un “toque novedoso” y decidimos que no sabríamos a quién nos tocaba regalarle hasta la mera hora; o sea que tendríamos que elegir un regalo que nos pareciera especial y adecuado para cualquiera de ellas.
Lo que a mi se me ocurrió fue regalar la novela del Padre Miguel: “Trigo Verde”. Se me hacía una lectura muy inspiradora para la edad en la que nos encontrábamos y por otra parte ya les había platicado mucho sobre mi profesor de literatura, además en ese entonces estaba tomando una segunda materia con él –optativa, por cierto- “Taller de Oratoria”.
Nunca pensé que fuera a Seny a quien le iba a tocar mi regalo.
¡Qué buena onda! – exclamó- es el libro de su profesor-, nos dijo a todas.
-Lo voy a leer ahora en vacaciones- me dijo. (Venían las vacaciones de diciembre).
Recién comenzaron las clases en Enero, Seny me comentó que le había gustado mucho el libro del Padre Miguel y que tenía muchas ganas de conocerlo, por lo que me pidió que se lo presentara.
-¡Claro!, no hay problema –le dije-. Es muy fácil encontrarlo fuera de la cafetería antes de clase de 4:00 a 6:00, o lo buscamos en su salón de clase-.
Sin embargo, fue curioso que las veces que lo buscamos no lo pudimos encontrar.
Por el semestre en que estábamos, ya no íbamos tan seguido a la Universidad. El “Internado” y las “Prácticas Profesionales” nos mantenían fuera.
Así que por una u otra cosa, ya no pudo conocer al Padre Miguel…
Por aquellos años se inauguró la UIA plantel León.
La Compañía de Jesús envió al Padre Miguel a dar clases allá; estuvo algunos semestres y eventualmente iba durante algunos “Veranos”.
Una de las licenciaturas que se ofrecen en este plantel es justamente la que mis amigas y yo estudiamos: Nutrición y Ciencias de los alimentos.
Curiosamente durante uno de estos semestres en que el Padre Miguel estuvo allá, coincidió con que  Seny - que se casó con Rosendo, su novio de la universidad -, y su ahora esposo, lo enviaron a trabajar a León.
En León, Seny obviamente entró a trabajar a la UIA.  
En una ocasión, y por alguna curiosa coincidencia, Miguel y Seny se conocieron.
-¡Ah, por cierto! Conocí a una amiga tuya – me dijo- cuando regresó a la Ciudad de México.
-¿Si? ¿a quién?, -le pregunté yo.
-Eugenia,  pero hasta me sentí mal.
-¿Por qué? Le pregunté con extrañeza.
-No, si se portó muy amable y me ayudó mucho; pero cuando entré a su oficina me dijo: ¡Miguel Aguayo! ¡no lo puedo creer! ¡No puedo creerlo! –Me dijo que había leído mi libro y que le gustó mucho, pero después de tantos halagos hasta me sentí mal.  Te mando saludos. –finalmente agregó.


-“Las mujeres francesas son las más bellas”- nos decía Miguel en clase, -“hay mucha diferencia entre las mujeres europeas y las latinas. Las mujeres latinas se ponen la tlapalería encima, las mujeres europeas no, lucen su belleza casi al natural”-
Admira la belleza  de la mujer, aunque pudiera pensarse que por su condición de sacerdote, pudiera bloquear esa parte. No, no le tiene miedo al tema.
Esa frescura y naturalidad le gustan a él y lo leí  en un artículo que escribió titulado “Boquitas pintadas” haciendo alusión a Borges, en el título.
Muchos años después lo escuché diciendo a unas futuras alumnas que le daba gusto que estuvieran en su curso porque había “calidad visual” y tendría a donde voltear cuando diera su clase.
En Otoño de 82 volví a ser su alumna. Era un curso de Extensión Universitaria que Miguel impartió por muchos años: "Taller de Oratoria".  No era más que un pretexto para poder volver a ser su alumna.  Pero curiosamente, y sin yo saberlo en ese momento, lo que ahí aprendí se volvió básico en mi vida ya que me he dedicado a la docencia por más de veinte años y a dar conferencias, por bastante tiempo.
Los apuntes del curso y la teoría del curso - como siempre - maravillosos por lo útiles y prácticos y como dije, un conocimiento que me ha acompañado de por vida.
Llegué a la primera clase con una gran emoción. Me acuerdo que ya estaba Miguel ahí, con su lista. Lo saludé y se acordó que yo ya había sido su alumna el semestre anterior. Le dije que estaba inscrita en el taller –“¿otra vez?”- Y buscó en la lista ¡ah si! Aquí estás y leyó mi nombre. Hoy en día que soy maestra, realmente no se si me gusta o no que repitan curso mis exalumnos, conmigo, no se que pensaría Miguel de volverme a tener en su clase.
Éramos un grupo muy variado, aunque realmente pocos. Había un señor mucho más grande que todos, dos chicos preparatorianos que querían entrar el año siguiente a la UIA.
Éramos como dos o tres alumnos de la universidad y me acuerdo de una chica un poco mayor que yo, que no era de la Ibero y de la que realmente no supimos nunca gran cosa, en cuanto a qué se dedicaba, si estudiaba algo en algún lado o no, pero que nos llamó mucho la atención por un detalle: cómo coqueteaba con el profesor…
Nos llamaba mucho la atención ésto, porque  todos sabíamos que Miguel era jesuita, todos, menos ella.
Realmente me daba "pena ajena", pero la cuestión era que lo acaparaba totalmente antes y después de clase. No permitía que ninguna otra persona platicara o se acercara a él.
Mis compañeros preparatorianos, especialmente uno de ellos –el más grandecito- estaban muy preocupados.
Una tarde, mientras contemplábamos todo su despliegue de encanto ante Miguel, éste compañero volteó y muy serio me preguntó: -“no sabe ¿verdad?”- Yo solo me encogí de de hombros y le dije: "-yo creo que no"-.
Seguimos viendo la misma escena y se volvió para preguntarme: -“¿y si le decimos”?- yo solo le contesté: -“pues si quieres, dile”-
Cuando tuvimos ocasión de platicar juntos con Miguel, este muchachito encontró el momento de hacer alguna referencia sobre el sacerdocio de Miguel justo en el momento que ella llegaba a unirse a nosotros.
Su reacción me sorprendió: -“¡¡¿Eres cura!!?- casi le reclamó. Miguel tranquilamente asintió con la cabeza. Después de esa clase, nunca la volvimos a ver, cosa que, evidentemente, también fue comentada por nosotros.

 
 
En varias ocasiones, junto con el grupo de amigas de algún curso o retiro, fui a casa de Miguel a alguna comida o celebración como: Coronas de adviento, rosca de reyes, o simplemente nos quedábamos de ver ahí, para recoger a alguno de los jesuitas para ir al teatro, o al cine…
Me acuerdo de una ocasión en la que nos invitaron a comer y Miguel se encontraba en casa. Se notaba “contrariado” cosa muy rara en él. Creo que es la única vez que lo he visto así; Miguel tiene una frase genial: -“No pasa nada, nada se ha perdido”- y es difícil que cuestiones diarias o triviales lo perturben.
Sin embargo, según pude darme cuenta por la conversación que tenían entre Miguel y sus compañeros a su regreso de Manzanillo le habían perdido la maleta en el aeropuerto. Pero todo lo había puesto en la maleta: cámara fotográfica, dinero, ropa nueva. En fin… digamos que toda su vida (exagerando) la había metido ahí. Creo que inclusive unos cassettes con un programa de radio que había grabado y cosas así que ya eran mucho más difíciles de reponer y de mayor valor estimativo de lo que le reponían en el aeropuerto.
Muchos años después me enteré que esa maleta prácticamente le había dado la vuelta al mundo y que finalmente la encontraron y la regresaron, aunque por supuesto prácticamente vacía. Lo que me llamó la atención en ese momento fue la gran capacidad de “recuperación” que tenía, como decir: -“ok son solo cosas materiales”- y me acuerdo que sólo sacudió un poco la cabeza en un gesto que le he visto en varias ocasiones como para quitarse alguna idea de la cabeza y volvió a ser el mismo de siempre, como si no hubiera pasado nada…

 
 
Entre lo que aprendí con Miguel en sus clases, me acuerdo muy bien que estaba el expresarse “claramente”, que se te entendiera lo que querías decir.
Siempre nos mencionaba esta práctica que tenemos mucho, por lo menos en nuestro país, de no nombrar las cosas por su nombre sino como “la ésta”, “el dese… y lo peor es que al parecer nos entendemos o por lo menos pensamos que nos deben de entender…
En una ocasión un grupo de amigos invitamos al teatro a ver una obra que sabíamos le iba a gustar, a uno de los jesuitas de la comunidad de Miguel; “La puerta de Alcalá”. Así que quedamos de vernos en la casa de los padres –temprano-, para poder ir a tomar un café y platicar (ya teníamos tiempo de no reunirnos) antes del teatro, cuando llegamos el sábado en la tarde estaban todos los padres en la casa incluyendo a Miguel. Me acuerdo que Miguel estaba en la sala de la casa “limpiando” o “reparando” un marco dorado, -“para algún cuadro” pensé yo.


En alguna ocasión fue Miguel mismo, quien me invitó a comer a su casa junto con una amiga mía. –“para que no te de pena”- me dijo.
De esa ocasión recuerdo la sorpresa cuando me enseñó todo lo que tenía guardado y que yo le había dado: tarjetas, muñecos, cartas, dibujos y en especial un retrato que yo había hecho de él.
Con motivo de la exposición de “Metáforas”, en 1982, la revista de la Universidad publicó un reportaje, con una foto suya en blanco y negro en donde se veía reclinado sobre una mesa, pintando…
A mí siempre me gustó pintar retratos a lápiz y lo copié de la fotografía. Me acuerdo que el siguiente verano
que fuí a la exposición se lo llevé a regalar.
Cuando se lo mostré, se sorprendió, como tratando de recordar de donde era esa fotografía, o quizás no se reconoció; nunca he sabido, ni le pregunté.
-“Para que veas que tengo guardadas todas las cosas que me has dado”-.
Esa tarde, después de la comida, regresamos caminando a la Universidad, y dos detalles se me quedaron muy grabados:
Uno de ellos es en relación a la capacidad de observación y de sorpresa ante las cosas más simples y bellas.
En una calle había un árbol muy grande de “Jacaranda en flor” como dice la canción. Y me acuerdo que lo señaló y me dijo:-“Nunca he entendido la metáfora de: Tus ojos como jacaranda en flor”- ¿A qué se refiere? Que tiene que ver con estas ramas grandes y hasta cierto punto “retorcidas” del árbol.

Casualmente sus clases eran en un salón cercano a los laboratorios de “Nutrición”, en donde yo estaba trabajando en ese entonces y haciendo la maestría.
En una ocasión salí a que me diera el sol en medio de una sesión de microbiología, justo cuando Miguel terminaba su clase del Departamento Internacional, en los jardines de la Universidad. Miguel tenía mucho, eso de dar clase en el jardín, cuando hacía sol y calor.
Me acerqué a saludarlo y me preguntó que estaba haciendo. Le contesté que estaba “sembrando” y me dijo: - “Que curioso se me hace, se me figura que vas en una carreta por el campo aventando las semillas, vestida con una falda larga y un sombrero de palma, cantando esa canción de: “Qué bonito es el sol de mañana, al regreso de la capital, que bonita se ve la…etc., etc.,etc. Nos estuvimos riendo un buen rato.


jueves, 27 de mayo de 2010

CATALOGO OBRA LITERARIA

1964  CUENTO     CUENTOS                    LA VISITA 
                                                                       LA LOCA
                                                                       EL RELICARIO
                                                                       EL SECRETO
                                                                       ¡POR ÉSTAS...!
                                                                       DULCINEA EN LA VENTANA
                                                                       EL HOMBRE DE LA ESCOBA
                                                                       SALDRIA EN EL PERIODICO
                                                                       JACINTA
                                                                       NOMÁS PA´QUE VEAN

1965   NOVELA   TRIGO VERDE

1966   POESIA     CANTARES DE SED   LAS BODAS
                                                                      QUEJA
                                                                      ATARDECE
                                                                      CUENTO DE CUNA PARA UN HOMBRE
                                                                      EL SAUCE
                                                                      COMO LA ROSA
                                                                      POEMA DE LA AUSENCIA
                                                                      NOX
                                                                      ACASO ALGUNA VEZ
                                                                      CANCIONCILLA DEL AMOR ADOLESCENTE
                                                                      ENCUENTRO
                                                                      SI DIGO MAR
                                                                      VESPER
                                                                      JUDAS
                                                                      LA HORA INQUIETA
                                                                      PORQUE ESTA NOCHE
                                                                      TONADA AZUL
                                                                      NÓCTIFER
                                                                      EN VISPERAS DE NAVIDAD
                                                                      UT UNUM
                                                                      LA ESPERA
                                                                      PINO VIEJO
                                                                      ENAMORADO
                                                                      NO YO
                                                                      MI CRISTO
                                                                      ORACION POR LOS POETAS
                                                                      LA CITA
                                                                      CANCION DE LUNA LLENA

1967   POESIA     LOS SIGNOS
                              DEL SILENCIO            NOTAS PARA UN POEMARIO
                                                                     ¡SI SUPIERAS LAS SEÑALES...!
                                                                     NO TE DOY UN POEMA
                                                                     YO CONOZCO. LO SE
                                                                     ¡AH, COMO TE PARECES A MI ALMA
                                                                     SI NO PONGO PASION
                                                                     ABRO EL LIBRO ADOLESCENTE
                                                                     SE QUE HABRAS DE LLEGAR
                                                                     ROSA PUNTUAL, EXACTA
                                                                     VIENE LA LUNA SILENCIOSA
                                                                     VENDRA EL TOTAL SILENCIO
                                                                     DEJA EL POEMA YA.
                                                                     ALAS
                                                                     DEL CANTO
                                                                     RÉQUIEM POR UN AMIGO
                                                                     EL POEMA
                                                                     CRUCERO
                                                                     RETRATO
                                                                     CACERÍA
                                                                     SENTIDOS
                                                                     DE NOCHE
                                                                     GÉNESIS
                                                                     ORACION PARA ALCANZAR AMISTAD
                                                                     CONTIGO
                                                                     RECADO DESDE LA OTRA ORILLA
                                                                     OTOÑO
                                                                     LETANÍA DESDE EL FRACASO
                                                                     ENVÍO

1974   CUENTOS      JUEGO DE
                                    ESPEJOS               PULPOS EN EL DESAYUNO      
                                                                    EL GRINGO DESCONOCIDO
                                                                    NO INVITEN A VIRGEN
                                                                    EL MITO DE QUETZALCÓATL
                                                                    MI AMIGO RUIZ
                                                                    CUESTION DE AMOR
                                                                    JUEGO DE ESPEJOS


1977    POESIA         LA SOLEDAD
                                   LUMINOSA           NOTARIAL
                                                                    DE LA ESENCIA DESPIERTA Y DEL ENCUENTRO
                                                                    NO-ROSA
                                                                    LA VISITA
                                                                    DEL VUELO
                                                                    TODAVIA
                                                                    ENVIO
                                                                    ANOCHECIDA VOZ
                                                                    LE DIJO...
                                                                    RECADO A NADIE
                                                                    EL JUEGO
                                                                    OTRA VEZ
                                                                    POEMA DEL CAMINO
                                                                    SEGUNDA PARTE: RELIGIOSO
                                                                    MEDITACION DEL GATO PARA ALCANZAR AMOR
                                                                    LAMENTACION DEL SAPO
                                                                    MEDITACION
                                                                    TERCERA PARTE:
                                                                    VARIACIONES SOBRE UN TEMA DE MUERTE
                                                                    RETRATO
                                                                    ASÍ
                                                                    RECADO
                                                                    NO-ELEGÍA
                                                                    EL NO
                                                                    EPITAFIO
                                                                    FUGA PARA MENINA Y ARPA
                                                                    ESPERA
                                                                    ADORACION
                                                                    ELLA
                                                                    ENTONCES
                                                                    PARCELA

1996    CUENTO   GALERIA DE
                               RETRATOS               EL ESTUDIANTE 
                                                                   MUCHACHOS EN LA PIAZZA DUOMO
                                                                   EL SNOB
                                                                   RETRATO DE PASAPORTE
                                                                   BOCETO PARA UN RETRATO DE JUDAS
                                                                   LA MAESTRA
                                                                   RETRATO PARA CREDENCIAL
                                                                   DEDICATORIA IMPOSIBLE PARA UN RETRATO
                                                                   EL POETA
                                                                   POSTALES: VOLVER A VENECIA

               CUENTO  EUROPA 80           LA OTRA CARA DE VENECIA
                                                                  CITA EN FLORENCIA
                                                                  LOS FAMOSOS
                                                                  EL POETA LAUREADO
                                                                  PRIMAVERA EN MILÁN
                                                                  VERSALLES: EL REY SOL SE LEVANTA
                                                                  VENECIANA
                                                                  ANDALUCÍA
                                                                  EL VIAJE DEL SALMÓN
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